miércoles, 28 de agosto de 2013

Siria

Qué pena siento por Siria. Y una suerte de deja vu... ¿no vivimos ya esto de que Estados Unidos ataque a otro país por poseer armas químicas? ¿Armas que, por otro lado, nunca se encontraron?
Hablamos de Estados Unidos, el único país del mundo que lanzó la bomba atómica. Dos veces.
¿A quiénes hay que temer, quiénes son los mayores terroristas?

Cuando bombardearon Bagdad, mostraron por televisión a un chiquito que había perdido a su mamá, su papá y sus hermanos. También ambos brazos y piernas. El pibe -de unos siete u ocho años- miró derecho a cámara y reclamó con desesperación: "¡Devuélvanme las manos!" Una médica inglesa se apiadó de él y prometió llevarlo a Londres para que le pusieran miembros ortopédicos. En aquel momento pensé en los tantos heridos que no tuvieron la suerte de ser filmados. Y a eso lo llaman guerra.



3 comentarios:

  1. No estoy muy al tanto, por suerte decidí hace rato no tener TV, pero de algo me enteré por la radio. Esta mañana le comentaba a Tato que USA encontró un nuevo Bin Laden, no? Un horror.

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  2. Que vergüenza, qué impotencia, qué tristeza...

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  3. Supuestamente en Siria han usado el mismo gas pimienta que nuestros patrióticos gobernantes de Neuquén (nacionales y populares, carajo) desparramaron a diestra y siniestra contra los manifestantes que se oponen al acuerdo con Chevron.

    El premio Nobel de la Paz les va a tirar pétalos de rosas, está buena la idea de defender los derechos humanos con bombas.

    Asco, Betina.

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